Recordemos la filosofía platónica, aquella que proclamaba Ernest Cassirer, o las dudas del filósofo francés, Renée Descartes. Platón decía que el conocimiento no se conseguía gracias a los sentidos, el conocimiento venía de algo superior. Para Cassirer, todo estaba dentro de signos y estos no necesitaban ni de la vista ni de la oída para ser conocidos. Y Renée Descartes con su duda metódica, dudó de sus propios sentidos para poder entender el kosmos.
No entraremos en debates filosóficos, ni nos decantaremos por ninguno de los filósofos nombrados, pero sí podemos estar de acuerdo con ellos en un plano más general. No necesitamos de todos los sentidos para poder conocer el mundo. Podemos, también, estar de acuerdo que para comunicarse es necesario conocer el mundo. Pensemos en un niño, hasta que no aprende a hablar y a relacionar las palabras con aquello que ve y empieza a conocer, no se comunica. Así pues, podemos decir que para comunicarse no es necesario disponer de todos los sentidos.
Actualmente, gracias a la razón humana y los avances tecnológicos, las personas con discapacidades tienen más facilidades para comunicarse. Pensemos en los diseños que se han creado para que las personas ciegas puedan usar un iPhone, o el lenguaje Braille. Tengamos en mente el lenguaje de los sordomudos, o la posibilidad de poner subtítulos a las películas. Obviamente, las personas discapacidades no tienen las mismas facilidades que las personas que no lo son, pero, aún así, pueden comunicarse.
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